viernes, 26 de septiembre de 2014

CHISTES


'Padre, ¿puedo pedirle un favor?' -'Por supuesto. ¿Que puedo hacer por ti?'

-'Bueno, compre una secadora de pelo electrónica muy cara para regalar a mi madre en su cumpleaños, la cual aun esta en su caja, sellada, y su precio esta muy por encima de lo que puedo declarar en la Aduana , y temo que me la confisquen.

¿Hay alguna manera de que usted pueda pasarla por la Aduana por mi? ¿Bajo su sotana tal vez?'

-'Me encantaría ayudarte, querida, pero debo advertirle ¡No mentiré!' -'Con su honesta cara, Padre, nadie dudara de usted.'

- Cuando llegaron a la Aduana , ella permitió que el cura se adelantara a ella.

- El oficial pregunto, 'Padre, ¿tiene algo que declarar?' -'Desde el tope de mi cabeza hasta mi cintura, nada tengo que declarar.'

- El oficial pensó que era una respuesta extraña, así es que pregunto, '¿Y que tiene usted que declarar de la cintura al piso?'

-'Tengo un maravilloso instrumento designado para ser usado por una mujer, pero el cual, hasta la fecha, no ha sido usado.'

- Muriéndose de la risa, el oficial dijo, 'Adelante, Padre. El próximo!'


----------------------------------

Este era un señor que se cruzaba todas las mañanas cuando iba a trabajar con otro que le decía: 


- ¡Adiós, cornudo! y así un día tras otro; al cabo de un mes el hombre le dice a su mujer cuando están en la cama:

- ¡Oye, cariño!, ¿sabes que todas las mañanas, cuando voy al trabajo, un hombre que se cruza siempre conmigo me dice "adiós, cornudo"?

La mujer, tras un momento inicial de alarma y sorpresa, le dice: - No hagas caso a esa jugada, ¡son rumores, son rumores!

El hombre se queda tranquilo y satisfecho con la respuesta, incluso tarareándola por lo bajito a ritmo de salsa.

Al día siguiente, se vuelve a cruzar con el otro, que le dice: 

- Cornudo, ¡y encima chismoso! 

---------------------------------

Otro cornudo

Están hablando dos obreros en su rato de descanso:- ¡Oye!, ¿tú sabes quién era Pablo Neruda?- Pues no, no lo sé.

- ¡Ay, compadre, deberías hacer como yo, e ir a la escuela nocturna!

Al día siguiente, otra vez lo mismo.- ¿Sabes quién es Stephen Hawking?- No tengo ni la menor idea.

- ¡Mira que eres burro!, deberías ir a la escuela nocturna....y al día siguiente, otra vez más de lo mismo.

- ¿Sabrías decir quién era Alejandro Magno?- No, no te lo puedo decir porque no lo sé.- ¡Amigo mío, cuánta falta te haría ir a la escuela nocturna!

Al otro día, nuestro sabihondo le pilla a su compañero un poco cabreado.

Esta vez, él es quien se adelanta a preguntar:

- Dime, ¿sabes quién es Antonio Gómez?

- ¡Ahí sí que me has pillado!, es la primera vez que oigo nombrarlo.

- Pues es el tío que se acuesta con tu mujer mientras tú estás en la escuela nocturna.